La soldadura autógena se considera un tipo de procedimiento homogéneo, ya que se lleva a cabo sin emplear ningún metal de aporte.



Cabe señalar que cualquier proceso que se haga sobre metales iguales (metal base) fusionándolos sin usar alguna varilla de aporte y que al enfriarse formen un trazo continuo del mismo material, es conocido como soldadura autógena.



El proceso consiste en unir metales iguales fundiéndolos con el calor de una llama que surge de la combustión de una mezcla de gases proveniente de un soplete. Generalmente se usan oxígeno y acetileno, aunque también puede emplearse una mezcla de oxígeno y propano, entre otros.



Sus ventajas son que se usa un equipo portátil y económico, se puede emplear en las cuatro posiciones de soldadura plana, vertical, horizontal y sobre cabeza, además de que permite soldar todo tipo de metales de poco espesor sin importar que sean ferrosos o no ferrosos.



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